ESCENA XI. D.a DOMINGA, FELIPA, y D. TADEO [vestido de negro.] FELIPA. ¿Qué hombre es éste? D. DOMINGA. ¿Se ofrece algo, Caballero? D. TADEO. Busco al Señor Don Mariano Para un asunto secreto. D. DOMINGA. No está en casa; pero yo Que soi su Madre.... i Una firma! D. DOMINGA. D. TADEO. Sí, Señora: La del papel que presento. Dicen que usted ya le ha visto.... D. DOMINGA. Felipa! este contratiempo. D. TADEO. Conozco mucho, y venero Y con harto sentimiento D. DOMINGA. Y Dios sabe si saldrémos Con victoria. D. TADEO. Á la verdad, Son gravosos estos pleitos Cantidades excesivas: Se enredan, se hacen eternos, Y al fin las partes se cansan De litigar. D. DOMINGA. ¿Qué consejo Me da usted, Señor Notario? D. TADEO. De suerte que.... si hai dinero, Yo, como ya estói tan hecho Á estas materias.... D. DOMINGA. Yo bien quisiera....... D. TADEO. Esto es decir lo que pienso: Como gusten. 2. D. DOMINGA. Lo de ménos Es el dinero. Si todo Se compusiera con eso.... D. TADEO. Sí se compone, Señora. Con un poco de manejo, Que éste en ménos de dos credos. D. DOMINGA. Por no verme en tal conflicto, Desde ahora me convengo Y lo que Tal digo. pague el dinero. FELIPA.. D. TADEO. Y lo demas fuera H : Errarla de medio á medio. D. DOMINGA. ¿Y usted, sin peligro suyo, Como podrá disponerlo? D. TADEO. El como, yo me lo sé. Lo que importa es que tratemos D. DOMINGA. Pero habrá seguridad? D. TADEO. ¿Qué dirá usted si la entrego ./FELIPA. Vaya! es un negocio loco. D. DOMINGA. ر |