ODA 13. In arborem, cujus casu penè opressus fuerat. Ille et nefasto te posuit die Quicumque primùm, et sacrilegâ manu Produxit, arbos, in nepotum Perniciem, opprobriumque pagi: Illum et parentis crediderim sui Hospitis: ille venena Colchica, Et quidquid usquam concipitur nefas In domini caput immerentis. 5. 10. Quid quisque vitet, numquam homini satis Cautum est in horas. Navita Bosporum Poenus perhorrescit, neque ultra- 15. Caeca timet aliunde fata: Miles sagittas et celerem fugam Parthi; catenas Parthus et Italum ODA 13. Imprecaciones contra un arbol, que cayendo, faltó poco para que cogiese debajo al poeta. Aquel que te plantára, Arbol infame, en ominoso dia, A do su descendencia destruyeras, Con sangre de su huesped inmolado El suelo regaria, Y hierro atroz ó criminosa planta Y cuanto hay de mas malo maquinára Heredad te tragera, Para que un dia hundiéndote, vil leño, Rodean al instante Que un riesgo evita con anhelo vano, Mientras que el navegante Teme en el ponto hallar la muerte fiera, En donde él no la teme, ella le espera. Temen nuestros soldados Las flechas que en la fuga el Parto lanza: La latina pujanza Y los grillos pesados Robur sed improvisa leti Vis rapuit, rapietque gentes. Quam penè furvae regna Proserpinae, Et judicantem vidimus Aeacum, Sedesque discretas piorum, et Aeoliis fidibus querentem Sapho puellis de popularibus; Dura fugae mala, dura belli! Utrumque sacro digna silentio 20, 25. Mirantur Umbrae dicere; sed magis 30. Pugnas et exactos tyrannos Densum humeris bibit aure vulgus. Quid mirum? ubi illis carminibus stupens Aures, et intorti capillis Eumenidum recreantur angues? Quin et Prometheus, et Pelopis parens Dulci laborum decipitur sono; Nec curat Orion leones, 35. Aut timidos agitare lyncas 40. El Parto teme, mientras siega a todos De ver de Pluto la region sombría, De Eaco el trono alzado, A los muertos juzgando, y separada Llorando á Safo la esquivez tirana Y á tí con plectro de oro De la guerra y del mar riesgos cantando, La grei de sombras oye el sacro tono, La tiranía odiosa Cantas hundida, y la gloriosa lucha, Al can triforme del suave canto Y de deleite llena Las sierpes, de las Parcas despiadadas Sed Tantalo, y del buitre devorante Prometeo no siente, Y arroban á Orion los dulces sones, NOTAS. Habiéndose librado Horacio del riesgo de ser muerto por un arbol, que cayó sobre él, vomita imprecaciones exageradas contra el que lo plantó primero, y contra el que lo trasplantó despues á su jardin; y conducido a moralizar por un accidente, de que estuvo a pique de ser victima, manifiesta cuau vanas son las precauciones que para evitar ciertos males toman los hombres, que casi siempre perecen de un modo que no temen; cita varios egemplos, y entre ellos el suyo misno, recapacitando cuan cerca estuvo de descender al reino de Pluton, y de oir á Alceo y Safo, cuyo pomposo elogio hace en cuatro cuartetos magnificos. He aqui el plan de una pieza, que ha sido agriamente censurada por literatos, que quisieran sujetar á los poetas liricos como Horacio a la metódica uniformidad de la prosa. Por mi parte, yo confesaré que el elogio de los dos poetas griegos forma una digresion algo larga, que hace olvidar el objeto de la pieza ; pero ¿quién habla de este pequeño defecto, cuando la belleza de la digresion le hace tan agradab? V. 2." Quicumque... La construccion es quicumque ille et posuit te primùm nefasto die, et sacrilega manu produxit... illum crediderim etc. Esta es la construccion del padre Sanadon, que ciertamente es muy fácil y natural. V. 4. Opprobrium pagi... Es una graciosa |