la condujesen á Roma como una muger vulgar, en las mismas naves en que Augusto habia triunfado de ella.<< ODE XXXVIII. A SU PAGE. No me agrada, page, Que bajo la parra Sombría y amena, Lo mismo á mí el mirto Bebiendo me asienta, Que á ti que la copa De vino me llenas. terior de la corteza del tejo unas cintas, con que enlazaban sus coronas de flores, y que colgaban de ellas. V. 3 Rosa quo locorum... Séneca reprende vehementemente esta manía de su tiempo. V. 5. Simplici myrto... Esto es, Nolim ut sollicitus sis quidquam ad simplicem myrtum adjicere, como interpreta Rodelio. LIBER SECUNDUS. ODE I. AD ASINIUM POLLIONEM, Motum ex Metello Consule civicum, Nondum expiatis uncta cruoribus, 5 Periculosæ plenum opus aleæ, Tractas, et incedis per ignes Paulùm severæ Musa tragœdiæ Insigne moestis præsidium reis, 10 LIBRO SEGUNDO. ODA I. A ASINIO POLION. De tristes reos poderoso amparo, Polion ilustre, cuya sien guerrera Para eterna memoria De la insigne dalmática victoria; Escribes y su origen desastrado; Y los juegos de muerte, Con que cruel fortuna se divierte. Y ligas de ambiciones militares Recuerdas, y la espada Tinta en sangre de hermanos no expiada: Senda llena de azares Pisas, donde traidora Ceniza abriga chispa abrasadora. Haz, mientras que de lucha fratricida Tu pluma el cuadro ordena, El consulenti, Pollio, curiæ; Cui lauros æternos honores Jam nunc minaci murmure cornuum Audire magnos jam videor duces, Et cuncta terrarum subacta, 15 20 Juno, et Deorum quisquis amicior 25 Afris, inultâ cesserat impotens Tellure, victorum nepotes Quis non Latino sanguine pinguior Campus sepulcris impia prælia Testatur, auditumque Medis Qui gurges, aut quæ flumina lugubris 30 Que abandone Melpomene la escena. La historia concluida, Calzarás á tu turno El ateniense trágico coturno. De la ronca corneta el son guerrero Atruena ya el oido, Y del clarin el pavoroso ruido; Al que bridon enfrena, Y de espanto su brillo al bridon llena. Ver cubiertos de polvo glorioso : Paréceme que veo El orbe sojuzgado, Menos del gran Caton el pecho osado. Huyeron, impotentes Para vengar la rota de sus gentes; Mas de los vencedores La progenie inmolada De Yugurta aplacó la sombra airada. Campos do quier de túmulos cubiertos, Con sangre fecundados, Culpan nuestros furores despiadados. El ruido en sus desiertos Oyó el medo lejano De la caida del poder romano. ¿Qué mares nuestra sangre no ha teñido? ¿Qué rios de la tierra |