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bien de este punto, y dicen lo primero, que nos es provechoso el ser tentados y atribulados, y que alce el Señor algunas veces un poco la mano de nosotros; porque si esto no fuera asi, no dijera y pidiera el Profeta á Dios: Non me derelinquas usquequaque: Psal. 118, v. 8. Señor, no me dejeis ni desampareis del todo; pero porque sabia muy bien que algunas veces suele el Señor desamparar á sus siervos, y alzar un poco la mano de ellos para mayor bien y provecho suyo; por eso no pide á Dios que no le desampare nunca, ni alce jamás la mano de él, sino que no le desзmpare del todo. Y en el sal. 26, v. 9, dice: Ne declines in ira à servo tuo: No pide á Dios que no se aparte de él en ningun tiempo, y de ninguna manera, sino que no se aparte de él en ira, que no le desampare tanto, que venga á caer en pecado; pero que le pruebe, y le envie tentaciones y trabajos, antes lo pide: Proba me, Domine, et tenta me. Psalm. 25, v. 2. Y por Isaías, c. 54, v. 7, dice el mismo Señor: Ad punctum in modico dereliqui te, et in miserationibus magnis congregabo te, in momento indignationis abscondi faciem meam parumper à te, et in misericordia sempiterna misertus sum tui.

Pero veamos en particular, que bienes y provechos son los que se nos siguen de las tentaciones. Casiano, ubi sup., dice que se ha Dios con nosotros, como se hubo con los hijos de Israél, que no quiso del todo destruir los enemigos de

TOMO II.

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su pueblo, sino dejó en la tierra de promision aquellas gentes de los cananeos, amorreos, y jebuseos, etc. Ut erudiret in eis Israelem, ut postea discerent filii eorum certare cum hostibus, et habere consuetudinem præliandi: Judic. 3, 2. Para enseñar y ejercitar á su pueblo, que no estuviesen con la seguridad ociosos, sino que se hiciesen valientes y hombres de guerra. Así, dice, quiere el Señor que tengamos enemigos, y que seamos combatidos de tentaciones, para que teniendo ejercicio de pelear, no nos haga daño la ociosidad ó prosperidad; porque muchas veces á los que el enemigo no pudo vencer con peleas, con seguridad falsa los engañó y derribó.

S. Gregorio, lib. 23 mor. c. 24 et seq., dice, que con alta y secreta providencia quiere el Señor que sean tentados y atribulados en esta vida los buenos y escogidos, porque esta vida es un camino, ó por mejor decir, un destierro, por donde andamos caminando y peregrinando, hasta llegar á nuestra patria celestial; y porque suelen algunos caminantes, cuando ven en el camino algunos prados y florestas, detenerse y apartarse del camino: por eso quiso el Señor que estuviese esta vida llena de trabajos y tentaciones, para que no pongamos nuestro corazon y amor en ella, ni tomemos el destierro por la patria, sino que suspiremos siempre, por ella. S. Agustin da la misma razon, y dice, que

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aprovechan las tentaciones y trabajos para mostrarnos la miseria de esta vida: Ut illa ubi erit beatitudo vera, atque perpetua et desideretur ardentius, et instantius inquiratur: Aug. 1. 13 de Trinit. c. 16. Para que asi deseemos mas ardientemente aquella vida bienaventurada, y la busquemos con mayor cuidado y fervor. Y en otra parte dice: Ne viator tendens ad patriam, stabulum amet pro domo sua: Aug. super Psal. 40. Porque no amemos el establo, y nos olvidemos de aquellos palacios Reales, para que fuímos criados. Cuando el ama quiere destetar al niño, y que se enseñe á comer pan, pone acibar en los pechos; asi Dios pone amargura en las cosas de esta vida, para que los hombres se aparten de ellas, y no tengan acá que desear, sino todo su deseo y corazon pongan en el cielo. Y asi dice san Gregorio: Mala, quæ nos hic premunt, ad Deum nos ire compellunt: Los trabajos que nos fatigan y aprietan en esta vida, hacen que acudamos y nos volvamos á Dios.

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bien en ella, porque recibirá corona de vida. Dice S. Bernardo, ser. 64 super Cantic., sobre estas palabras: Necesse est ut veniant tentationes: quis enim coronabitur, nisi qui legitimè certaverit? Aut quomodo certabunt, si desit qui impugnet? Necesario es que haya tentaciones; porque, como dice el Apóstol, no será coronado sino el que peleare varonilmente; y si no hay tentaciones, ¿quién peleará, no habiendo contra quien pelear? Todos los bienes y provechos que la Escritura divina, y los Santos nos predican de los trabajos y adversidades, que son innumerables, todos los traen consigo las tentaciones; y uno de ellos y el principal es el que nos dicen las palabras propuestas. Envianoslas el Señor, para que tengamos despues mayor premio y corona en la gloria: Quoniam per multas tribulationes, oportet nos intrare in regnum Dei: 2 ad Tim. cap. 2, v. 5. Ese es el camino real del cielo, tentaciones, trabajos y adversidades; y asi en el Apocalipsi, cap. 7, v. 14, mostrándole å S. Juan la gloria grande de los Santos, le dijo uno de aquellos ancianos Hi sunt qui venerunt de tribulatione magna, et laverunt stolas suas, et dealbaverunt eas in sanguine Agni: Estos son los que vinieron de grandes trabajos, y lavaron y blanquearon sus vestiduras en la sangre del Cordero. De camino pregunta S. Bernardo, serm. 1 de Resur. ¿cómo dice que blanquearon sus vestiduras

con la sangre del Cordero? Porque la sangre no suele blanquear, sino colorear. Quedaron blancas, dice, porque con la sangre del costado salió juntamente agua que las blanqueó: ó sino digamos, dice, que se pararon blancas, porque la sangre de aquel Cordero tierna y sin mancilla, era como una leche blanca y colorada, conforme á aquello de la esposa de los Cantares: cap. 5. v. 10. Dilectus meus candidus, et rubiet rubicundus, electus ex millibus.

De manera que por sangre y trabajos se entra en el reino de los cielos. Desbastanse, labranse y pulense acá las piedras, para asentarlas en el templo de aquella Jerusalen celestial; porque allá no se ha de oir golpe ni martillo: Malleus, et securis, et omne ferramentum non sunt audita in domo, cum ædificaretur: 3 Reg. c. 6, v. 7, y cuanto en mejor y mas principal lugar se han de asentar las piedras, tanto mas las pican y labran; y asi como la piedra de la portada suele ser la mas picada y labrada, para que quede mas vistosa la entrada: asi Cristo nuestro Señor, porque se hacia nueva puerta del cielo, que hasta él estuvo cerrada, quiso ser muy golpeado y martillado: y tambien para que nosotros pecadores tuviesemos vergüenza de entrar por puerta labrada con tantos golpes de tribulaciones y trabajos, sin primero padecer algunos, para quedar labrados y pulidos. Las piedras que se han de

echar en el cimiento, no se suelen labrar, asi los que se han de echar abajo en el profundo del infierno no es menester labrarlos ni martillarlos; estos huelguense aqui en esta vida, y cumplan sus antojos y apetitos, hagan su voluntad, dense á buena vida, que con eso quedarán pagados.

Pero los que han de ir á reparar aquellas ruinas de los Angeles malos, y llenar aquellas sillas celestiales que ellos perdieron por su soberbia, es menester labrarlos con tentaciones y trabajos. Dice S. Pablo: Si autem filii, et hæredes, hæredes, quidem Dei, cohæredes autem Christi: sic tamen compatimur, ut et conglorificemur: Ad Rom. c. 8, v. 17. Si somos hijos, serémos herederos, y herederos de Dios, y juntamente herederos con Cristo: empero siéndole acá primero compañeros en sus trabajos, para que asi lo seamos despues en su gloria. Y el Angel dijo á Tobías: c. 12, v. 13, Quia acceptus eras Deo, necesse fuit ut tentatio probaret te: Porque eras acepto á Dios, y te queria bien, por eso te quiso probar con la tentacion, para que asi tu premio y galardon fuese mayor. Y de Abrahan dice el Sabio, que le tentó Dios, y le halló fiel: Et in tentatione inventus est fidelis: y porque le halló fiel, constante y fuerte en la tentacion, luego le ofrece el mio, y le promete con su juramento que habia de multiplicar su generacion como las estrellas del cielo, y como las arenas del mar. Pues

pre

para esto nos envia el Señor los trabajos y tentaciones, para darnos mayor premio y mas rica corona; y asi dicen los Santos, que es mayor merced la que el Señor nos hace en darnos tentaciones, dandonos juntamente favor para vencerlas, que si del todo nos las quitase; porque de esa manera careceriamos del premio y gloria que con ellas merecemos.

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Añade á esta razon S. Buenaventura, proces. 4 Relig. c. 1, que como nos ama tanto el Señor, no se contenta con que alcancemos la gloria, y grande gloria, sino quiere que gocemos presto de ella, y que no nos detengamos en el purgatorio y para eso nos envia aqui trabajos y tentaciones, que son martillo y fragua con que se quita el orin y escoria de nuestra anima, y queda purgada y purificada para poder entrar luego á gozar de Dios: Aufer rubiginem de argento, et egreditur vas purissimum: Prov. c. 25, v. 4. Y no es pequeña merced y beneficio ese: fuera del que se nos hace en conmutarnos tanta y tan grave pena, como es la que allá habiamos de padecer en lo poco ó nada, que en su comparacion padecemos en esta vida.

Mas, llena está la sagrada Escritura, de que las prosperidades de esta vida apartan el alma de Dios, y las adversidades y trabajos son ocasion de atraerle al mismo Dios. ¿Quién hizo al copero de Faraon olvidarse tan presto de su interprete José, sino la prosperidad? Et ta

men succedentibus prosperis præpositus pincernarum oblitus est interpretis sui. Gen. c. 40, v. 23, ¿Quién hizo ensoberbecer al rey Ozías, teniendo tan buenos principios, sino la prosperidad? Cum roburatus esset, elevatum est cor ejus in interitum suum, et neglexit Dominum Deum suum? 2 Paral. c. 26, v. 16. ¿Quién desvaneció á Nabucodonosor, quién á Salomon, quién á David, para contar al pueblo? Y los hijos de Israel, cuando se vieron muy pujantes con los favores y mercedes grandes que el Señor les habia hecho, entonces se empeoraron, y se olvidaron mas de Dios: Incrassatus est dilectus, et recalcitravit incrassatus, impinguatus, dilatatus, dereliquit Deum factorem suum, et recessit à Deo salutari suo. Deut. c. 32, V. 15. Y por el contrario dice el Profeta, que con los trabajos se volvian á Dios: Imple facies eorum ignominia, et quærent nomen tuum Domine. Ps. 82, v. 17. Et clamaverunt ad Dominum cum tribularentur. Psal. 106, v. 13. Et cum occideret eos, quærebant eum, et revertebantur, et diluculo veniebant ad eum. Ps. 77, 34. Vuelto en bestia Nabucodonosor, ahora fuese en realidad de verdad, ahora en su imaginacion, entonces conoce á Dios. Dan. 4, 31. ¿Cuanto mejor le fue á David en la persecucion de Saúl, Absalon, y Semei, que con la prosperidad y paseo del corredor? Y asi, como bien acuchillado, dice despues: Lætati sumus pro diebus, quibus nos humiliasti, annis quibus vidimus mala: Ps. 80, v. 15. y Bo

y

num mihi quia humiliasti me: Psal. 118, 17. ¡O qué bueno ha sido, Señor, para mí el haberme humillado atribulado! ¿Cuantos han sanado de esa manera, que de otra se perdieran? Conversus sum in ærumna mea, dum configitur spina: Psal. 31, v. 4. Cuando punza la espina de la tribulacion y tentacion, entonces entra uno dentro de si, y se convierte y vuelve á Dios. Aun allá dicen, que el loco por la pena es cuerdo y es sentencia del Espiritu Santo por Isaías: c. 28, v. 19. Sola vexatio intellectum dabit auditui. Y mas claramente por el Sabio: Infirmitas gravis sobriam facit animam: Eccl. c. 31, v. 2. Et virga atque correptio tribuit sapientiam: Prov. c. 29, v. 25. La enfermedad grave, los trabajos y adversidades hacen asesar. Anda uno con la prosperidad libre y cerrero, como novillo por domar, echale Dios el yugo de la tribulacion y de la tentacion, para que asiente: Castigasti me, et eruditus sum, quasi juvenculus indomitus. Jerem. c. 31, v. 18. Con la hiel curó el Angel á Tobías,

y

por defuera; porque todo eso no toca mas que al cuerpo, y asi no hacen mucho caso de ello. Pero cuando el trabajo es interior llega al alma, como la tentacion que les quiere apartar de Dios, y parece que los pone en ese peligro y contingencia; esto es lo que se siente mucho, y lo que les hace dar el grito tan grande, como le daba el Apóstol S. Pablo, cuando sentia esta guerra y contradiccion de la carne, que queria llevar tras sí al espíritu: Infelix ego homo, quis me liberabit de corpore mortis hujus? Ad Rom. c. 7, v. 24. ¡Ay miserable de mí! que me lleva tras sí lo malo, y lo bueno que deseo no lo acabo de poner por obra: ¿quién me librará de este cautiverio y servibumbre?

CAPITULO V.

Que las tentaciones aprovechan mucho, paraque nos conozcamos y humillemos, y para que acuda

mos mas á Dios.

Tob. G. 11, V. 13: y con el lodo Traen tambien consigo las ten

dió Cristo nuestro Redentor vista al ciego. Joan. c. 9, v. 6.

Pues para eso envia el Señor las tentaciones, que son de los mayores trabajos, y que mas sienten los hombres espirituales. Porque esos otros corporales, de sucesos de hacienda, enfermedades y cosas semejantes, para los siervos de Dios que tratan de espíritu, son cosa muy somera, y que cae muy

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