Obrázky na stránke
PDF
ePub

cruz: Rodulfo, ¿conoces quiénes son estos que ves crucificados cerca de mí? Respondió él: Señor, bien conozco quienes son, pero no entiendo lo que significa y quiere de

cir esto que veo. Entonces dijole el Señor Estos solos de toda esta Religion son los que estan crucificados conmigo, conformando su vida con mi Pasion.

TRATADO SEGUNDO,

DE LA MODESTIA Y SILENCIO.

CAPÍTULO PRIMERO.

Cuan necesaria es la modestia para edificar y aprovechar
á nuestros prójimos.

La modestia de que ahora ha- vimientos vayan de tal manera or

hemos de tratar, consiste en que sea tal la composicion del cuerpo, y tal la guarda de nuestros sentidos, tal nuestro trato y conversacion, y tales todos nuestros movimientos y meneos, que causen edificacion en todos los que nos vieren y trataren. En esto comprende S. Agustin todo lo que hay que decir de la modestia: in omnibus motibus vestris nihil fiat, quod cujusquam offendat aspectum, sed quod vestram deceat sanctitatem. Agust. in regul. No es mi intento descender á tratar en particular las cosas en que se ha de guardar la modestia, ni notar lo que seria inmodestia. Bastará ahora esta regla general del glorioso S. Agustin, que es comun de los Santos, y maestros de la vida espiritual. Procurad que todas vuestras acciones y mo

denados, que nadie se pueda ofender, sino edificar. Resplandezca siempre en vuestro esterior humildad, y juntamente gravedad y madureza religiosa, y de esa manera guardareis la modestia que conviene. Solamente pretendo declarar aquí, cuan necesaria sea esta modestia, especialmente á aquellos, cuyo fin é instituto es, no solamente atender á su salvacion y perfeccion de sus propias animas, sino tambien á las de los prójimos.

Cuanto à lo primero, una de las cosas con que mucho se edifican y ganan los prójimos, es con lo esterior religioso y edificativo: porque los hombres no ven lo interior, sino solamente lo esterior, y eso es lo que les mueve y edifica, y lo que les predica mas que el

y

ruido y Y así se cuenta del bienaventurado S. Francisco, que dijo una vez á su compañero: Vamos á predicar; y sale, y da una vuelta á la ciudad, vuélvese á casa. Dícele el compañero: ¿¡Pues Padre no predicamos? Ya, dice, habemos predicado. Aquella composicion y modestia con que iban por las calles, fue muy buen sermon esa mueve á devoeion á la gente, y á menosprecio del mundo, y compungirse de sus pecados, y á levantar su corazon y deseo á las cosas de la otra vida : ese es sermon de obras, que es mas eficaz que el de palabras.

estruendo de las palabras.

Lo segundo, esta modestia y buena composicion esterior sirve y ayuda mucho para nuestro propio aprovechamiento espirítual, como diremos despues mas largamente: porque es tan grande la union y liga que hay entre el cuerpo y el espíritu, entre el hombre esterior y el interior, que lo que hay en el uno, luego se comunica al otro. Y así, si el espíritu está compuesto, luego naturalmente se compone el mismo cuerpo: y por el contrario, si el cuerpo anda inquieto y descompuesto, luego el espíritu tambien se descompone é inquieta. Y de aquí es, que la modestia y composicion esterior es grande argumento y señal del recogimiento interior, y de la virtud y aprovechamiento espiritual que hay allá dentro, como la mano del reloj del movimiento y concierto de las ruedas.

Con esto se declara mas lo primero; porque esta es la causa de edificarse tanto los hombres de la modestia y composicion esterior: porque por aí entienden y conciben la virtud interior que hay en el alma, y por eso la estiman y tienen en mucho. Dice S. Gerónimo: (a) Speculum mentis est facies, et taciti oculi, mentis fatentur arcana: El rostro es un espejo del alma, y lo ojos modestos, ó descompuestos y desasosegados descubren luego lo íntimo del corazon. Yes sentencia del Espíritu Santo: Quomodo in aquis resplendet vultus prospicientium, sic corda hominum manifesta sunt prudentibus: Prov. c. 27, v. 19. Así como en el agua clara resplandece el rostro de los que se miran en ella; así el varon prudente conoce los corazones de los hombres por la muestra de lo esterior que ve en ellas. No hay espejo en que así se vea uno, como se ve la virtud y asiento interior en esto esterior: Ex visu cognoscitur vir, et ab occursu faciei cognoscitur sensatus, amictus corporis, et risus dentium, et ingressus hominis enuntiant de illo: Eccl. c. 19, v. 26. En el pestañear de los ojos se conoce quien es cada uno, dice el Sabio, la vestidura del hombre, la manera de cubrirse, de reirse, y de andar, descubren luego lo que es. Y poniendo las señas del hombre apóstata, dice: Homo apostata, vir inutilis, graditur ore perverso, annuit oculis, terit pede, digito loquitur: Prov. c. 6, v. 12. Ha

(a) Hieronim. epist. ad Furiam viduam.

bla de dedo, y guiña de ojo, da del pie. Y así de Juliano Apóstata dice S. Gregorio Nacianceno: (b) Las condiciones de Juliano no conocieron algunos, hasta que las manifestó por sus obras, y por el poder imperial que recibió; pero yo bien conocí sus costumbres, desde que le ví y comuniqué en Atenas. Ninguna señal vi en él, que me pareciese buena: la cerviz yerta, los hombros movedizos, los ojos ligeros, meneándose á cada parte, el mirar feroz, los pies siempre bullidores, las narices muy prestas para mofar y escarnecer, la lengua ejercitada en males males y chocarrechocarrerias, la risa desenfrenada, la facilidad en conceder y negar una misma cosa en un tiempo, sus pláticas sin órden y sin fundamento, sus preguntas importunas, sus respues tas sin propósito: mas ¿para qué discurro, dice, tan menudamenre por sus calidades? En conclusion digo, que le conocí antes de sus obras, y por ellas despues le conocí mejor: y si ahora estuviesen presentes los que entonces estaban en mi compañía, darian testimonio, que en viendo en él tales muestras, subitamente dije: ¡0 cuán venenosa serpiente cria para sí la república romana! Y diciendo esto deseé salir mentiroso; porque mejor fuera así, que abrasarse la tierra con tantos males, cuales nunca se vieron. Pues así como el desórden y mala composicion esterior es muestra y señal del vicio interior,

y

así la modestia y buena composicion lo es de la virtud interior: por eso edifica y mueve tanto á los hombres.

Por esta razon tenemos nosotros particular obligacion de procuraría con mucho cuidado, porque como nuestro fin é instituto es aprovechar á los prójimos con nuestros ministerios de predicar, confesar, leer, enseñar la doctrina, y hacer amistades, visitar las cárceles, hospitales, &c. Una de las cosas que da mas fuerza y eficacia á esos ministerios, para que se reciban y hagan fruto en sus almas, es esta modestia y buena composicion esterior, porque con esto se cobra mucha autoridad con los prójimos por la virtud y santidad interior que conciben: y toman entonces lo que se les dice, como venido del cielo, y se les imprime en el corazon. Cuenta Surio, lib. 2, c. 2 vit. S. Bern., que visitó el Papa Inocencio segundo el monasterio de Claraval, acompañado de los Cardenales. Saliéronle á recibir todos los monges con S. Bernardo, que residia allí: y dice la historia, que les movió tanto aquel espectáculo de los monges, que lloraban el Papa y los Cardenales de devocion, solo de ver la modestia de los Religiosos. Maravillábanse todos mucho de ver la gravedad de aquella santa congregacion, que en una fiesta y regocijo tan solemne y tan nuevo, como era ver en una casa al sumo Pontífice, y á los Car

(b) Gregor. Nacianz. refer. in histor. Eccles. p. 2, l. 4 in fine.

denales: todos tenian sus ojos bajos y enclavados en la tierra, sin volverlos å ninguna parte, y tenien do todos puestos los ojos en ellos, ellos á ninguno miraban.

No solamente ayuda esta modestia y composicion religiosa para mover y edificar á los de fuera, sino tambien á los de casa; porque asi como á los seglares los edifica mucho ver á un Religioso que está ayudando á Misa, y que en toda ella no levanta los ojos, ni vuelve la cabeza á una parte ni á otra, y que cuando va por la calle no los levanta, ni aun á mirar á quien pasó junto á él, y se confunden y compungen, y conciben dentro de sí mucha estima: asi tambien acá entre nosotros edifica mucho el que anda con modestia, recogiiniento y silencio, y mueve á devocion y á compuncion á los demas. Yasi S. Gerónimo entre otros frutos que pone de esta modestia y composicion esterior, es uno este: Ut loquacibus compunctionem ingerant, et intrandi ad societatem vestram sancta desideria incitent, et affectus ad cœlestia moveantur : Hier. in reg. Monach. 21. ¿Sabeis, dice, qué hace un Religioso de estos con su silencio y modestia? Es una reprension muy fuerte y eficaz para el que habla mucho, y para el que anda con poca modestia y recogimiento, viendo que no es él tal como el otro. Estos, dice, son los que pueblan las casas de la Religion, y los que las sustentan y conservan en virtud y santidad: porque con

TOMO II.

[blocks in formation]

De S. Bernardino se cuenta, que era tal su modestia y composicion, que con sola su presencia hacia componer todos sus compañeros; no era menester mas que decir: Bernardino viene, para componerse todos. Y de Luciano martir cuenta Metafraste, y Surio en su vida, que de solo verle los gentiles, se convertian y movian á ser cristianos. Estos son buenos predicadores, imitadores del glorioso Bautista, de quien dice el sagrado Evangelio: Erat lucerna ardens, et lucens: Joan. c. 5, v. 25. Era una hacha encendida, que ardia en sí con grande amor de Dios, y daba mucha luz y resplandor á los prójimos con el ejemplo de su vida maravillosa. Este debe ser para nosotros un motivo muy grande para andar siempre con mucha modestia, para edificar á nuestros prójimos y á nuestros hermanos, y hacer en ellos el fruto que habemos dicho porque sino, ¿dónde está el zelo y deseo de la mayor gloria y honra de Dios, y de ganar almas, tan propio de nuestro instituto, si no procuramos hacer esto, con que ellos tanto se edifican y se 6

ganan, estando tan en nuestra mano?

CAPÍTULO II.

Cuan necesaria es la modestia para nuestro propio aprovecha

Doctrina

miento.

octrina es comun de los Santos, que la modestia y guarda de los sentidos, es uno de los principales medios que hay para nuestro propio aprovechamiento espiritual: porque ayuda mucho á la guarda del corazon, y al recogimiento interior, y á conservar la devocion, por ser esas las puertas por donde entra todo el mal allá dentro al corazon. S. Gerónimo sobre aquello de Job: c. 38, v. 17: Numquid aperta sunt tibi portæ mortis: et ostia tene brosa vidisti? Dice, que en sentido tropológico las puertas de la muerte son nuestros sentidos, porque por ellos entra la muerte del pecado á nuestra anima, conforme á aquello del profeta Jeremías: cap. 9, v. 21: Ascendit mors per fenestras nostras. Y dice, que se llaman puertas tenebrosas, porque dan entrada á las tinieblas de los pecados. Lo mismo dice S. Gregorio, lib. 2 Moral. c. 2; y es comun manera de hablar de los Santos, sacada de la filosofía: Nihil est in intellectu, quod prius non fuerit in sensu: Ninguna cosa puede estar en el entendimiento, sin pasar primero por los sentidos, como por puertas. Pues cuando en una casa están las puertas cerradas y bien guardadas, todo lo demas está se

guro: pero si están abiertas de par en par y sin guarda, para que entre y salga quien quisiere, no estará segura la casa, ó á lo menos no habrá sosiego ni quietud en ella con tanto entrar y salir. Asi es tambien acá, los que tuvieren bien guardadas las puertas de sus sentidos, andarán recogidos y devotos; pero los que no tienen cuidado de eso, de eso, no tendrán paz ni quietud

en su corazon.

Por eso nos amonesta el Sabio: Omni custodia serva cor tuum, quia ex ipso vita procedit: Prov. c. 4, v. 24. Guarda tu corazon; y añade, con toda guarda, con todo cuidado y diligencia; para darnos á entender la importancia de esto, porque guardando bien las puertas de los sentidos, se guarda el corazon. Dice S. Gregorio, lib. 21 Moral. c. 2: Unde nobis ad custodiendam cordis munditiam, exteriorum quoque sensuum disciplina servanda est: Para tener límpio y puro el corazon, es menester que tengamos mucha cuenta con la guarda de nuestros sentidos. Y S. Doroteo: ser. 22, dice: Assuesce oculos non circumferre ad alienas, et vanas res; hoc enim labores omnes monasticos deperire facit: Acostumbraos à tener vuestros ojos modestos y bajos, y á no andar mirando cosas impertinentes y vanas; porque eso suele hacer que se pierdan todos los trabajos del Religioso. Todo lo que habeis ganado en mucho tiempo, y con mucho trabajo, se os irá muy facilmente por las puertas de los sentidos, si no

« PredošláPokračovať »