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EJERCICIO

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DE VARIOS MEDIOS PARA ALCANZAR

LA VIRTUD Y PERFECCION.

Hueva impresion.

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DE LOS TRATADOS Y CAPÍTULOS QUE SE

CONTIENEN EN ESTA SEGUNDA PARTE.

Tratado primero, de la mortificacion.

CAPÍTULO PRIMERO. Que es menester juntar la mortificacion con la oracion, y que estas dos cosas se han de ayudar la una á la otra. Página 1. Cap. 2. En que consiste la mortificacion; y de la necesidad que de ella tenemos, 7.

Cap. 3. Que es de los mayores castigos de Dios, el entregar á uno á sus apetitos y deseos, dejándole que se vaya tras ellos, II.

Cap. 4. Del odio santo de sí mismo, y del espíritu de mortificacion y penitencia que de él nace, 13. Cap. 5. Que nuestro aprovechamiento y perfeccion está en la mortificacion, 16.

Cap. 6. Que á los Religiosos, y espe

cialmente á los que tratan con prójimos, les es mas particularmente necesaria la mortificacion, 18. Cap. 7. De dos maneras que hay de mortificacion y penitencia: y como ambas las abraza y usa la Compañia,

20.

Cap. 8. Que la mortificacion no es odio, sino verdadero amor no solo de nuestra ánima, sino tambien de nuestro mismo cuerpo, 29. Cap. 9. Que el que no trata de mortificarse, no solo no vive vida espiritual, pero ni racional, 32.

Cap. 10. Que es mayor trabajo no tratar

uno de mortificarse, que el tratar de eso, 34.

Cap. 11. Comienzase á tratar del ejercicio de mortificacion, 37. Cap. 12. Como se ha de ir poniendo en práctica el ejercicio de mortificacion, 40.

Cap. 13. Como nos habemos de morti

ficar en las cosas lícitas; y tambien en las cosas necesarias, 43. Cap. 14. Que principalmente nos habemos de mortificar en aquel vicio ó pasion que reina mas en nosotros, y nos hace caer en mayores faltas, 47. Cap. 15. Que no habemos de dejar las mortificaciones en cosas pequeñas: y cuan provechosas y agradables sean á Dios estas mortificaciones, 49. Cap. 16. Del mal y daño que se sigue de menospreciar las mortificaciones en cosas pequeñas, 52.

Cap. 17. En que se ponen tres avisos importantes en esta materia, 54. Cap. 18. Que por bueno y aprovechado que sea uno, siempre tiene necesidad de ejercitarse en la mortificacion, 59. Cap. 19. De dos medios que nos harán fácil y suave el ejercicio de la mortíficacion, que son la gracia del Señor, y su santo amor, 62.

Cap. 20. De otro medio que nos facilitará y hará gustoso el ejercicio de la mortificacion, que es la esperanza del

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CAPÍTULO 1. Cuan necesaría es la modestia para edificar y aprovechar á nuestros prójimos, 78.

Cap. 2. Cuan necesaria es la modestia para nuestro propio aprovechamiento, 82.

Cap. 3. Del engaño de algunos que hacen poco caso de estas cosas esteriores, diciendo, que no está en eso la perfeccion, 84.

Cap. 4. Del silencio, y de los bienes y

provechos grandes que hay en él, 87. Cap. 5. Que el silencio es un medio muy importante para ser hombres de ora

cion, 90.

muy

Cap. 6. Que el silencio es un medio principal para aprovechar y alcanzar Îa perfeccion, 92. Cap. 7. Que andar uno con modestia, silencio y recogimiento, no es vida triste, sino alegre, 95.

Cap. 8. De las circunstancias que habemos de guardar en el hablar, 96. Cap. 9. Del vicio de la murmuracion, 103.

Cap. 10. Que no habemos de dar oidos

á murmuraciones, 107.

Cap. 11. Que nos habemos de guardar de todo género de mentiras, 110. Cap. 12. Que nos habemos de guardar de palabras juglares y ridículas, de decir gracias y donaires, 112. Cap. 13. Que nuestras pláticas y conversaciones han de ser de Dios: y algunos medios que nos ayudarán para esto, 115.

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Cap. 4. De la necesidad particular que tienen de esta virtud, los que profesan ayudar á la salvacion de los prójimos, 132.

Cap. 5. Del primer grado de humildad,

que es tenerse uno en poco y sentir bajamente de sí mismo, 140. Cap. 6. Del propio conocimiento, que es la raíz, y el medio único y necesario para alcanzar la humildad, 142.

Cap. 7. De un medio muy principal para conocerse el hombre á sí mismo, y alcanzar la humildad, que es la consideracion de sus pecados, 145.

Cap. 8. Como nos habemos de ejercitar

en el propio conocimiento para no desmayar ni desconfiar, 148. Cap. 9. De los bienes y provechos gran

des que hay en el ejercicio del propio conocimiento, 151.

Cap. 10. Que el propio conocimiento no causa desmayo, sino antes ánimo y fortaleza, 154.

Cap. 11. De otros bienes y provechos grandes que hay en el ejercicio del propio conocimiento, 156.

C. 12. Cuanto conviene ejercitarnos en

nuestro propio conocimiento, 158. Cap. 13. Del segundo grado de humil

dad. Declarase en que consiste este grado, 162.

Cap. 14. De algunos grados y escalones por donde habemos de subir á la perfeccion de este segundo grado de humildad, 166.

Cap. 15. Del cuarto escalon, que es desear ser despreciados y tenidos en poco, y holgarnos con ello, 170. Cap. 16. Que la perfeccion de la humil

dad y de las demas virtudes, está en hacer sus actos con deleite y gusto, y cuanto importa esto para perseverar en la virtud, 173. Cap. 17. Declarase mas la perfeccion á que habemos de procurar subir en este segundo grado de humildad, 176. Cap. 18. De algunos medios para alcanzar este segundo grado de humildad, y particularmente del ejemplo de Cristo nuestro Señor, 179. Cap. 19. De algunas razones y consideraciones humanas de que nos habemos de ayudar para ser humildes, 182.

Cap. 20. De otras razones humanas que

nos ayudan para ser humildes, 184. Cap. 21. Que el camino cierto para ser uno tenido y estimado de los hombres, es darse á la virtud y á la humildad, 187.

Cap. 22. Que la humildad es medio

para alcanzar la paz interior del alma, y que sin ella nunca la tendre

mos, 191.

Cap. 23. De otro género de medios mas

eficaces para la virtud de la humildad, que es el ejercicio de ella, 195. Cap. 24. Confirmase lo dicho con algunos ejemplos, 200.

Cap. 25. Del ejercicio de humildad que tenemos en la Religion, 205. Cap. 26. Que nos habemos de guardar de hablar palabras que puedan redundar en nuestro loor, 207. Cap. 27. Como nos habemos de ejerci

tar en la oracion en este segundo grado de humildad, 210. Cap. 28. Como habemos de traer el

examen particular de la virtud de la

humildad, 213.

Cap. 29. Como con la humildad se puede compadecer el querer ser tenidos estimados de los hombres, 218. Cap. 30. Del tercero grado de humildad, 225.

y

Cap. 31. Declarase en que consiste el tercero grado de humildad, 230. Cap. 32. Declarase mas lo sobre dicho, 232.

Cap. 33. Declarase mas el tercero grado de humildad, y que de ahí nace que el verdadero humilde se tiene en menos que todos, 234. Cap. 34. Como los buenos y los santos pueden con verdad tenerse en menos que todos, y decir que son los mayores pecadores del mundo, 238. Cap. 35. Que este tercero grado de humildad es medio para vencer todas las tentaciones, y alcanzar la perfeccion de todas las virtudes, 243.

Cap. 36. Que la humildad no es contra

ria á la magnanimidad; antes es fundamento y causa de ella, 246. Cap. 37. De otros bienes y provechos grandes que hay en este tercero grado de humildad, 151.

Cap. 38. De los favores y mercedes gran

des que hace Dios á los humildes; y que es la causa porque los levantó tanto, 254.

Cap. 39. Cuanto nos importa acogernos á la humildad para suplir con ella lo que nos falta de virtud y perfeccion; y para que no nos humille y castigue Dios, 257.

Cap. 40. En que se confirma lo dicho con algunos ejemplos, 263.

Tratado cuarto, de las tentaciones.

CAPÍTULO 1. Que en esta vida no han de faltar tentaciones, 265.

Cap. 2. Como unos son tentados al principio de su conversion, otros despues, 268.

Cap. 3. Por qué quiere el Señor que tengamos tentaciones; y de la utili

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