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ma version de escuela, que cuando mas podria servir para guiar á los principiantes en el laberinto de las construcciones figuradas, bien que con gran riesgo de estraviarlos. La de Villen de Biedma es obra de un pedante, en la cual agregando las faltas contra la sintáxis castellana á las cometidas en la inteligencia del testo, se pueden contar por un cálculo moderadísimo seis errores por página. Y tal es sin embargo el libro, que con mas frecuencia consultan aun hoi los profesores encargados de enseñar la lengua de Horacio, que por lo comun carecen de medios y de oportunidad para adquirir las obras de

trozo de esta pieza original é inimitable. «Como á primer principio, fuente y orígen de todo ser (Dios óptimo, máximo, trino y uno) con el reconocimiento posible consagro á vuestra majestad estos mis pobres borrones, primer parto de mi corto caudal, y primeros rasgos de mi mal cortada pluma, que parecieron poder salir á la luz pública. Vestigio y sombra son de vuestra primera, suma escelencia, pues se reducen á una ilustracion de Horacio, y á tres principales supuestos de traduccion, epítome y notas, y por lo tanto recuerdo y despertador de esta mi primera obligacion » etc.

los comentadores, ó las traducciones estranjeras, y de tiempo y de estímulo para consultarlas. En cuanto á la de don Felipe Sobrado, que aunque hecha en estos últimos años es mui poco conocida, nos contentaremos con decir, que su autor la hizo solo por distraerse de otras ocupaciones, y quizá sin ánimo de que se diese á la prensa, por cuya razon no puede servir para dar una idea del mérito del original.

De la importancia de una traduccion completa de las obras de nuestro lírico, y de los esfuerzos hechos por algunos de los grandes poetas españoles para traducir una ú otra pieza, puede inferirse con gran verosimilitud que muchos de ellos tentaron esta empresa atrevida, pero sin duda las dificultades los desanimaron, lo que no hallarán estraño los que sepan que Horacio es de todos los poetas latinos el mas difícil de manejar. ¿Cómo traducir, decia pocos años há el humanista geógrafo Malte-Brun, retocando y mejorando el retrato del lírico de Venuso, hecho por el célebre Laharpe, cómo traducir á un poe

ta, que toma sucesivamente el vuelo del águila y el de la abeja, que ya es el ministro del rayo, y ya liba la miel de las flores? ¿ á un poeta, que pasa á cada instante de las graves meditaciones de la mas alta filosofía á las travesuras de una agradable licencia; que nos traslada del voluptuoso gabinete de su querida á las llanuras ensangrentadas de Filípos, de la festiva mesa de Mecénas á la cima inhabitada de los Álpes? ¿á un escritor, que dueño de tantos objetos diferentes, sabe dar á cada uno el estilo que le conviene, y doblegar su lengua todavía novicia y rebelde, á tantos giros audazes y nuevos? ¿á un poeta en fin, que seco, raro y enérgico en sus sátiras', elegante, sencillo y gracioso en sus epístolas, recorre con maestría todas las cuerdas de la lira, y que igual á Píndaro por sus figuras atrevidas, á Safo por sus frases animadas, á Anacreonte por sus imágenes graciosas, creó ademas el lenguaje de la oda filosófica, de que los griegos no le

Yo hubiera dicho jugueton, punzante y lijero.

habian dejado modelo alguno? Este Proteo literario es Horacio.

Meditando sobre las dificultades de trasladar á una lengua moderna las obras de un'. autor de esta clase, yo he sentido nacer en mí el anhelo de vencerlas. Intimamente convencido de que el tacto delicado, el gusto seguro en literatura no pueden adquirirse con facilidad y prontitud sin el estudio y la meditacion de los modelos insignes de la Grecia y de Roma, y sabiendo al mismo tiempo que no es dado á la juventud comprenderlos bien, ni ménos apreciarlos, en sus lenguas originales, en general mal enseñadas y mal aprendidas, he creido siempre que traducciones fieles y buenas, que no es imposible hacer, á pesar de los denigradores de esta especie de ocupacion, pueden solo familiarizarla con ellos. Las versiones de los poetas clásicos consideradas bajo ciertos aspectos, son infinitamente mas útiles, y enseñan mucho mas que las obras originales modernas de la misma clase, por completas que sean ó se supongan. La distancia de los

tiempos, la diferencia de los usos y las dificultades de las lenguas muertas hacen necesarias para la inteligencia de las obras antiguas ciertas esplicaciones, en que por lo comun se muestran á los jóvenes los ejemplos al lado de los preceptos, y que los acostumbran así á sacar los preceptos de los ejemplos mismos. Por otra parte la admiracion de muchos siglos y los trabajos de muchos sabios han establecido irrevocablemente su reputacion, mientras que el espíritu de partido y la envidia de los contemporáneos tienen largo tiempo ó indecisa ó dividida la opinion sobre el mérito de las producciones modernas, que rara vez se destinan á la enseñanza, y que los maestros mismos cuidan acaso de alejar de las manos de sus discípulos. Esta gran consideracion de utilidad pública me determinó á traducir un poeta del siglo de Augusto, y la predileccion particular con que siempre he mirado á Horacio ; la comodidad que la poca estension de las composiciones, y la diferencia de los objetos que tratan ofrecia para interrumpir siempre que

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