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obra del Quijote ha contraido un mérito singular describiendo la locura ó monomanía de su héroe; marcando con tanta precision y claridad como pudieran hacerlo Hipócrates y Boerhaave, el órgano, asiento, el agente próximo y el carácter moral de la dolencia, aventajando à Pinel en la aplicacion del tratamiento moral para las enagenaciones del alma, adelantándose mas de dos siglos al moderno sectario Hanneman en los remedios homeopáticos; y mostrando á los profesores médicos su habilidad en describir las enageuaciones del alma, y la singular destreza en describir los intervalos de la enfermedad, su serie y su terminacion. Copiarémos algunos trozos del señor Morejon, para que sirvan de muestra.

Hablando de la manera con que esplicó Cervantes las predisposiciones y causas del enfermo, dice:

«Disponen a contraer la locura: 1.° Los temperamentos bilioso y melancólico. D. Quijote « era alto, de complexion recia, seco de carnes, enjuto de rostro, velloso de cuerpo». -2. 2.° Las edades, viril y consistente. D. Quijote «frisaba con los cincuenta años».-3.° La agudeza y cultura del entendimiento. D. Quijote era ingenioso, de feliz memoria y tan erudito, que poseia todas las ciencias de un caballero andante: teología, leyes, medicina, botánica, astronomía, matemáticas, historia y otras. (Parte 2.a tom. III, página 152).—4.° el orgullo de familia y nobleza. D. Quijote era hidalgo y manchego, descen diente por linea recta de varon de la alcurnia de Gutierre Quijada, vencedor de los hijos del conde de San Polo.-5.° El ejercicio violento. D. Quijote era cazador, y de liebres.-6. El cambio de la vida activa al ocio. D. Quijote «olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza y aun la administracion de su hacienda».-7. Los alimentos cálidos, viscosos y de mal nutrimento. D. Quijote cenaba « salpicon las mas noches, comia lentejas los viernes, duelos y quebrantos los sábados, y algun palomino de añadidura los domingos».-8.° Las estaciones de verano y otoño. D. Quijote esperimentó los mayores raptos de locura el 28 de julio, el 17 de agosto y el 3 de octubre.-9.° Las pasiones amorosas. D. Quijote fue muy enamorado.-10.° El esceso de lectura. D. Quijote « vendió muchas hanegas de tierra de sembradura para comprar libros de caballerías », y poesías amorosas.-11.° La mucha vigilia. D. Quijote « pasaba las noches leyendo de claro en claro, y los dias de turbio en turbio; y asi en fin del mucho leer y poco dormir, con todo lo dicho, se le secó el cerebro, de manera que vino á perder el juicio."

Esplicando despues la sintomatología del loco D. Quijote co mo la describe Cervantes, añade:

<«<Como la voz locura es genérica, y encierra en sí varias' especies y aun variedades, los síntomas son siempre proporcionados á la diversidad de causas que la producen. Rematado el juicio de D. Quijote, y creyendo ser cierto cuanto habia leido en los libros de caballerías y poesías amorosas llenósele la

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fantasía de pendencias, batallas, desafios, heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles. Y se le asento de tal modo en la imaginacion que era verdad toda aquella a máquina de soñadas invenciones que leia, que para él no habia otra historia mas cierta; y asi concibió el designio de hacerse caballero andante, y salirse por el mundo á buscar aventuras. Este es el carácter específico de esta singular y estraña locura: el conjunto de estas aventuras constituye lo que llaman los médicos el Sindrome sintomatológico. Asi que la forma y síntomas de la dolencia de D. Quijote la constituyen la serie sucesiva de raptos ó accesos de arroganciá, orgullo, valentía, furor У audacia que se sucedieron unos á otros en todo el discurso de su enfermedad en cada uno de sus períodos. En todos ellos se ve, que los objetos esternos que se ponian en contacto con los sentidos del enfermo, lejos de producir sensaciones é imágenes regulares, ocasionaban desvaríos en su juicio, y se pintaban y reproducian en su imaginacion conforme á la disposicion interna de su cerebro y fantasía. >>

Y por último, al hablar del plan curativo ó del tratamiento moral del enfermo, dice entre otras cosas lo siguiente:

Para dirigir el tratamiento moral de la melancolía y de la locura se necesita un profundo estudio del corazon y del entendimiento en general, y del particular del enfermo á quien se aplica. Cervantes poseia uno y otro: conocia tanto á D. Quijote como a un hijo suyo; y nadie podia inventar mejor que él los medios para ausiliarle.

»Seis personas figuran en su apológo, interesadas en la curacion con encargo distinto para llenar los dos estremos del epígrafe de Boerhaave: el cura, hombre docto; Maese Nicolás; Sanson Carrasco para segundar su falsa imaginacion; el canónigo de Toledo; el ama y la sobrina para combatirla directamente y con firmeza.

>>El primer paso que dió para su curacion fue apartarle de la causa que habia producido su mal; el escrutinio y quema de sus libros de caballerías y amores, tabicando hasta la puerta de la pieza donde estaban; y la persuasion de haberse ejecutado por encanto, era el paso mas sensato que podia darse en la materia. El sabio encantador Muñaton viene sobre una nube cabalgado en una serpiente y saliéndose volando por el tejado deja la casa llena de humo.

«Este es el precepto general, que debe aplicarse á todas las enfermedades; pues es una especie de milagro que se cure ninguna, si se permanece bajo el influjo y causas que la engendran.

«No surtió sin embargo la primera vez el efecto que se deseaba, el artificio del apólogo, cuya acdos razones; la una por por cion hubiera finalizado friamente con la desaparicion del mal; la segunda, y mas importante con respecto al punto que tratamos, por un ligero descuido de la sobrina en equivocar el nombre de Freston con el de Muñaton ó Triton; pues estal

la sagacidad y cautela con que se ha de proceder en este negocio, que la mas pequeña falta lo echa á perder todo

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me »El segundo ardid de que el cura de su pueblo y el barbero se valieron para sacarlo de Sierramorena, en donde llegó al mas alto grado de estravagancia, fue un medio de esta paturaleza. Se disfrazan en la venta el cura con una saya de terciopelo con ribetes de raso blanco, y el barbero con una larga barba entre roja y blanca de un buey barroso; disfraz que luego cambian para adoptar otro de igual índole que creyeron mas eficaz. sloh slab ze

>>La hermosa y desgraciada Dorotea se arrodilla á sus pies; refiere sus cuitas al caballero andante; finge ser la princesa Micomicona, le saca la palabra de desfacer su agravio y sinrazon, y con esta preciosa máscara se consigue sacar al loco de la sierra, llevarlo a la venta, donde se apodera un profundo sueño de sus miembros, interpolado de un somnambulismo conocido en España análogo al estado de su fantasía; preludio de una calma de su furor, por la que con poca resistencia se lleva al loco á su casa como encantado en una carreta de bueyes.

>>La determinacion del cura y del barbero de estar cerca de un mes sin ver al enfermo, por no renovarle, ni traerle á la memoria las cosas pasadas cuando iba dando muestras de estar en su juicio, fue sumamente acertada; y si no hubiera visto a nadie de los suyos ni su propia casa, hubiera sido mejor. El plau de alimentos que se le propone, y de que usó, era el mas conveniente. »Las invectivas del ama, cuando se pronuncia de nuevo la locura, amenazándole que si no se está quedo en su casa, se ha de «quejar en voz y en grito á Dios al rey, que pongan remedio en ello;» y las de la sobrina cuando le advierte que todo lo que decia de los caballeros andantes era fábula y mentira, y sus historias, ya que no se quemasen, merecian que « á cada una se le echase un sambenito, ó alguna señal en que fuese conocida por infame y gastadora de las buenas costumbres,» eran medios muy adecuados, y en España los mas poderosos; lo mismo que los habia usado el canónigo de Toledo.

»El tercero de esta misma naturaleza fue convenio del mismo cura y barbero en union con el bachiller Sanson Carrasco, que disfrazándose tambien con el nombre de caballéro de los Espe jos luchó con D. Quijote, aunque no con tan buen suceso y ventura la primera vez como la segunda en Barcelona cuando tomó el de Caballero de la Blanca luua.

»Hasta el próximo fin de la enfermedad de D. Quijote, cuando resolvió hacerse pastor y vivir en el campo, se usa del mismo plan: el bachiller le anima y alienta á que se levante para empezar el ejercicio pastoril, le dice tenia una égloga compuesta, y comprados á un ganadero del Quintanar dos famosos perros para guardar el ganado, el uno llamado Barcino y el otro Bu

tron.

>>La penúltima estratagemá moral trajo la diminucion de la locura de D. Quijote, pintada por Cervantes con tal exactitud,

tan semejante á la verdad, que parece haberle prestado el pincel el médico de Capadocia y que el español mejoró el colorido, pues casi son idénticas las palabras de uno y otro, pero mas galanas las de este al referir los fenómenos morales de la diminucion de la locura, »>

Es digna de notarse la observacion del Sr. Hernandez Morejon en punto á la abertura del cadáver del héroe manchego, que echa de menos en el autor considerado como médico; y no adimira tanto la ocurrencia como las palabras preñadas de profundo saber que sirven de disculpa á Cervantes.

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« Una cosa falta, dice, en mi concepto en la obra de Cervantes para el complemento de la historia: á saber: la abertura del cadáver de D. Quijote. ¿ Pero dejó de ponerla porque estuviese penetrado de la insuficiencia de la anatomía patológica en estas enfermedades, ó porque habiendo vuelto en sí de la locura ya no era la secura del cerebro la causa próxima, ni el asiento de ella cambiada en otra enfermedad, y no hubiera hallado cosa alguna que coincidiese con los estravíos de la imaginacion? ¿Fue el motivo acaso la imposibilidad de ejecutarla, por la preocupacion que generalmente tienen las gentes é interesados del difunto en los pueblos en que esto se ejecute? Nada se ha encontrado de esto en la historia de Cide Hamete Benengeli. Ni hemos de acabar este escrito sin poner la apóstrofe sentida, picante y discreta con que el doctor español termina su opúsculo dice asi:

>>

«Sombra inmortal de Cervantes! entre tanto profano que osa meterse á médico, entre tantos detractores de la profesion mas benéfica, tú naciste para ella; tú á los médicos sabios, prudentes y discretos los ponias sobre tu cabeza, y mirabas como una persona divina. Recibe, pues, el tributo de gratitud: y mientras las bellas artes a porfía levantan monumentos á tu gloria, yo te dedico otra mas indeleble colocándote en la historia de la medicina española.»

FIN.

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