Obrázky na stránke
PDF
ePub

do Horacio dijo, Græcos præter laudem nullius avaros. Yo añadiré que no siendo propio el ejemplo de Faeton para aterrar la avaricia, sino la temeridad, avaras spes no puede significar aqui sino esperanzas locas, como he traducido.

V. 26. Terrenum equitem... Belerofonte, despues de haber muerto la Quimera, quiso hacer un viage al cielo, montado sobre el Pegaso, para ver en qué se ocupaba Júpiter. El dios indignado de esta temeridad envió un tábano, que molestó de tal manera al caballo, que sacudiéndose, echó al suelo al ginete en los campos Aleyos ó Aleos en Licia, en donde poco despues pereció miserablemente. Enlazando esta aventura con lo que sobre el origen de la fábula de la Quimera, dije en la nota al verso veinte y cuatro de la oda veinte y siete del primer libro, se podrá descubrir sin esfuerzo en la invencion mitológica de la espedicion de Belerofonte al cielo, la alegoría del engreimiento que desde el orígen del mundo se apoderó frecuentemente de los hombres á quienes hechos insignes habian dado alta nombradía. En las aventuras de Prometeo, de Piritóo, de los

ODE XII.

AD VIRGILIUM.

Jam veris comites, quæ mare temperant
Impellunt animæ lintea Thraciæ :

Jam nec prata rigent, nec fluvii strepunt
Hibernâ nive turgidi.

Centauros y de otros muchos personages mitológicos, ¿no se vé siempre el envanecimiento que estravió á veces á mortales distinguidos por grandes acciones? ¿No se vé en los castigos que segun las creencias gentílicas se les impusieron, la mano de la Providencia descargada sobre la temeridad, el orgullo y la jactancia? Ademas de la moralidad general que envuelven semejantes tradiciones, se trasluce en el modo con que Horacio refiere la relativa al domador de la Quimera, una aplicacion oportuna á la situacion de Filis; y el recuerdo de que el caballo etéreo se indignaba de llevar sobre sus alas á un mortal, era bien propio para contener ó enfrenar esperanzas desproporcionadas á los medios ó á la situacion del que las concibiera. El primer nombre del matador de la Quimera era Hiponomo: despues que dió muerte à Belero, rey de Corinto, tomó el de Belerofonte. Todavía añadiré que en las aventuras de Belerofonte confundieron malamente algunos intérpretes las de varios personages de este nombre, y de las cuales fue uno el de que hablé en la nota al verso quince de la oda sétima del libro tercero. V. 35. Minuentur... Otros leen minuuntur.

ODA XII.

A VIRGILIO.

Ya los vientos que anuncian

La dulce primavera

Las blancas velas hinchan,

El rizo mar sosiegan.

Invernizas escarchas

No erizan las praderas,

Ni crecidos los rios

Bramando se despeñan.

Nidum ponit, Ityn flebiliter gemens,

Infelix avis, et Cecropiæ domus

Æternum opprobrium, quòd malè barbaras
Regum est ulta libidines.

Dicunt in tenero gramine pinguium
Custodes ovium carmina fistula,

Delectantque Deum, cui pecus et nigri
Colles Arcadiæ placent.

Adduxere sitim tempora, Virgili ;
Sed pressum Calibus ducere Liberum
Si gestis, juvenum nobilium cliens,
Nardo vina merebere.

Nardi parvus onyx eliciet cadum,
Qui nunc Sulpiciis accubat horreis,

Spes donare novas largus, amaraque

Curarum eluere efficax.

[blocks in formation]

Ya el ave desgraciada,

Ya Progne, eterna mengua Del ateniense trono,

Des que la atroz violencia Vengó del torpe esposo

Con bárbara fiereza,

Hace su nido, á Itis
Llorando lastimera.
Entonan los pastores
En la naciente yerba,
Al son de sus zampoñas,
Suaves cantilenas,

Y al dios de los ganados
Con sus ecos deleitan,

A Pan, que en las colinas

De Arcadia se recrea.
La sed trae, Virgilio,

[ocr errors]

Del Favonio la vuelta ; Pero si tú, de grandes Regalado en las mesas, De mi vino de Cales Beber conmigo piensas Que pagues en perfumes Tu escote será fuerza. Por un bote de olores, Muchas copas del nectar, Pródigo de esperanzas Y ahuyentador de penas, Tendrás, que de Sulpicio Hoy guardan las bodegas.

Ad quæ si properas gaudia, cum tuâ
Velox merce veni. Non ego te meis
Immunem meditor tingere poculis,
Plena dives ut in domo.

Verùm pone moras et studium lucri,
Nigrorumque memor, dum licet, ignium,
Misce stultitiam consiliis brevem.

Dulce est desipere in loco.

NOTAS.

25

Mucho disputaron los comentadores de Horacio sobre quién era el Virgilio á quien fue dirigida esta pieza, suponiendo unos que lo fue al célebre poeta de Mantua, y otros á un perfumista del mismo nombre. Los que sostuvieron esta última opinion, se fundaron en el epígrafe ad Virgiliun unguentarium, ó ad Virgilium negotiatorem, que se ve en algunos códices antiguos. Esta autoridad parece reforzada con algunas espresiones de la composicion misma, en la cual se lee pone studium lucri, y cum tuâ merce veni, que no se creyeron aplicables al ilustre poeta, á quien nadie acusó jamás de avaricia. Por lo que a mí toca, yo nunca pensé que Horacio, honrado con el favor de Augusto, y con la amistad íntima de Mecenas, y que comia frecuentemente con este poderoso y espléndido ministro, y con los mas altos personages de la capital del mundo, convidase á un gran banquete á un mercader

« PredošláPokračovať »