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Comes minore sum futurus in metu,

Qui major absentes habet:

Ut assidens implumibus pullis avis,

Serpentium allapsus timet

Magis relictis; non, ut adsit, auxili

Latura plus præsentibus.

Libenter hoc et omne militabitur

Bellum in tuæ spem gratiæ;

Non ut juvencis illigata pluribus

Aratra nitantur meis;

Pecusve Calabris ante sidus fervidum

Lucana mutet pascua;

Nec ut superni villa candens Tusculi

Circæa tangat mœnia.

Satis superque me benignitas tua

Ditavit. Haud paravero,

Quod aut avarus ut Chremes terrå premam,
Discinctus aut perdam ut nepos,

NOTAS.

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Liber Epodon... Tal es el epígrafe con que encabezaron este libro los gramáticos que desde poco despues de la muerte de Horacio, trabajaron en esplicar sus obras, pues durante la vida del poeta, no se habian aun latinizado las palabras griegas Ode y Epodon. Sobre la significacion de esta última hubo muchas opiniones, de las cuales solo prevalecieron dos; una que llamó epodon, á la coleccion de piezas en que habia un verso corto coloca

Que acosa él al ausente,

Y ausente teme el ave que sus pollos
Devore la serpiente,

Aunque del duro trance

No á preservarlos su presencia alcance.
A esta pues y otras guerras,

Por tu amor y amistad volaré ufano,
Y no porque mis tierras

Número mas crecido

De bueyes surque á la coyunda uncido;
Ni truequen mis ganados

Los pastos de Calabria en el estio
Por los lucanos prados,

Ni mi pequeña hacienda

A los muros de Túsculo se estienda.

Harto, y á manos llenas

Me dió ya tu bondad; oro no anhelo

Que esconder, ó Mecenas,

Cual Cremes en un pozo,

O malgastar cual disipado mozo.

do despues de otro largo, y destinado á completar su sentido, y otra, segun la cual epodon equivalia á últimas odas. De estas dos opiniones formó una sola Vanderbourg, el cual sostuvo que al libro quinto se dió aquel título, ya porque en la mayor parte de sus composiciones el verso corto sigue al largo, y completa su concepto, ya porque el quinto libro no se publicó hasta mucho despues del cuarto, y aun hasta despues de la muerte del poeta. Si en la defensa de esta opinion mista no pudo el autor elevarse á consideraciones importantes, mostró mucha sagacidad en

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el descubrimiento de las causas que en su opinion debieron influir para que nuestro poeta no se atreviese á publicar durante su vida las composiciones que se reunieron despues en aquella coleccion. En las notas á las odas respectivas espresaré yo algunas de estas causas, de que fácilmente se comprenderá el alcance, y de que nadie dejará de apreciar la influencia. Cualquiera que fuese la significacion originaria ó primitiva de la palabra epodon, no parece pues que se aplicó al libro quinto de las odas de Horacio, sino para designar su publicacion póstuma. Esto en cuanto al epígrafe del libro en cuanto á la primera de sus odas, no brilla por las ideas magníficas, por las figuras atrevidas, ni por las pinceladas vigorosas; pero reina en toda ella un tono de sentimiento profundo, de efusion tierna, de interés vivo, que hace mucho honor á la gratitud del poeta, y que le recomienda eminentemente. Su corazon y no su espíritu era quien debia hablar en aquella ocasion, y su corazon, satisfecho con manifestar los temores que le inspiraba la ausencia de su protector y su amigo, desdeñó primores que su ingenio no acostumbraba á desdeñar. De aqui las frases familiares, la série de objeciones y de respuestas, que hicieron decir à un comentador, que esta pieza no era propiamente mas que una carta en versos líricos. Yo soy tambien de la misma opinion, añadiendo solo, que por el modo delicado y espresivo con que el poeta desenvolvió el sentimiento de ternura que domina en ella, hizo de esta una composicion muy agradable. No es fácil adi vinar por qué Horacio no la insertó en los primeros libros, en los cuales figuran otras, compuestas veinte años despues.

V. 1. Ibis... En el año de 723 de Roma, fue Mecenas designado por Octaviano para acompañarle á la famosa espedicion que tan felizmente terminó al año siguiente por la batalla de Accio. No consta que el ilustre ministro siguiese en efecto al gefe del estado á aquella célebre campaña; pero que hubiese Mecenas recibido la órden para la salida, y hecho en consecuencia sus preparativos, era bastante para que Horacio concibiese inquietudes vivas, y las espresase con la ternura que siem

pre empleaba hablando con su amigo y protector. Liburnis... En la nota al verso treinta de la oda treinta y siete del primer libro dije ya lo que eran las naves de los liburnos. Las que Augusto empleó en la batalla de Accio contaban hasta cinco bancos de remos, mientras que entre las de Antonio habia algunas de nueve; las primeras tenian la ventaja de ser mas ligeras, porque por lo comun los liburnos se ejercitaban en el corso y la piratería.

V. 2. Navium propugnacula... Las naves de Antonio eran mucho mas altas que las de Octavio, y llevaban en las popas una especie de fortificaciones de madera, que es lo que Horacio llama aqui propugnacula navium. El no recata el temor que le inspira el mayor porte y la mayor defensa de las naves enemigas, con las cuales iba á combatir Octavio.

V. 3. Paratus omne... Ya Mecenas, antes de la campaña contra Antonio, habia seguido á Augusto en muchas espediciones arriesgadas.

V. 5. Si... Otros leen sit.

V. 7. Utrùmne jussi... Se vé por esta espresion que Horacio habia recibido la órden para quedarse en Roma, pues que tan tiernamente solicitaba la revocacion.

V. 9. An hunc laborem... Horacio parece poner en boca de Mecenas esta primera objecion, que yo he puesto en la suya, por creer que en nuestra poesía tiene asi mas gracia y nobleza. De otra manera seria menester empezar la frase con preguntarás, ó dirás, que es la traduccion del roges del verso quince, que se debe suplir desde el principio.

V. 11. Vel per Alpium juga... No se trataba sino de ir á embarcarse á Brindis ó á Tarento, que eran los puntos de reunion señalados. Cuando el poeta ofrecia seguir á su amigo hasta por las cordilleras de los Alpes, no queria decir sino que iria alli, y á cualquiera otro punto, por remoto ó peligroso que fuese. Por lo demas, nadie ignora que los Alpes son unas altas montañas que separan la Francia de la Italia y de la Suiza, y que corren desde el Delfinado hasta la Croacia.

V. 12. Inhospitalem... El poeta dió al Cáucaso la

misma calificacion en la oda veinte del primer libro. V. 21. Ut adsit... Diferentes códices de Lambino y de otros escribian uti sit, y muchos de Bentlei ut sit. Por lo demas, la comparacion es muy oportuna y exacta.

V. 26. Nitantur... Por luctentur, gemant. La frase aratra illigata nitantur juvencis, equivale por hipálage á juvenci illigati aratris nitantur.

Meis... Otros mea.

V. 27. Calabris... Los ganados invernaban en la Calabria, que era mas templada, y pasaban el verano en la Lucania, que á causa de sus montes era mas fria.

V. 29. Superni... Epiteto de la ciudad de Túsculo situada sobre una colina.

Candens... Epiteto de la casa de campo del poeta, construida de piedras blancas. Este adjetivo era intraducible.

ODE II.

Beatus ille, qui procul negotiis,

Ut prisca gens mortalium,

Paterna rura bobus exercet suis,

Solutus omni fœnore.

Neque excitatur classico miles truci,

Neque horret iratum mare;

Forumque vitat, et superba civium

Potentiorum limina.

Ergo aut adultâ vitium propagine

Altas maritat populos,

Inutilesque falce ramos amputans,

Feliciores inserit;

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Aut in reductà valle mugientium

Prospectat errantes greges;

Aut pressa puris mella condit amphoris;

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Aut tondet infirmas oves.

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