ODE IV. AD CALLIOPEN. Descende cœlo, et dic, age, tibia Auditis? An me ludit amabilis Me fabulosa Vulture in Appulo, Ludo fatigatumque somno, Texêre; mirum quod foret omnibus Quicumque celsæ nidum Acherontiæ, Saltusque Bantinos, et arvum 5 10 15 ODA IV. A CALIOPE. Ven, del Olimpo santo Abandona, hoy, Caliope, la altura; Y entona inmortal canto Con tu flauta suave, ó tu voz pura, Reina del sacro coro, O ya de Febo con el arpa de oro. ¿Ois? ¿ó es del deseo Agradable ilusion que mi alma halaga? Oirla y verla creo Los sacros bosques recorriendo vaga, Que aura dulce recrea, Y dó el arroyo bullidor serpea. Niño, el confin corria Yo del suelo natal; trás largo juego Rindióme el sueño un dia, Y de hojas verdes me cubrieron luego Misteriosas palomas, Del patrio Vultur en las altas lomas. Habitan en las rocas de Acerenza En los fértiles valles de Ferenza, Absortos vieron, por favor divino Ut tuto ab atris corpore viperis Dormirem et ursis; ut premerer sacrâ Lauroque, collatâque myrto, Non sine Dis animosus infans. Vester, Camenæ, vester in arduos 20 Vestris amicum fontibus et choris, 25 Non me Philippis versa acies retro, Utcumque mecum vos eritis, libens Insanientem navita Bosporum 30 Tentabo, et arentes arenas Litoris Assyrii viator. Visam Britannos hospitibus feros, Et Scythicum inviolatus amnem. 35 Al garzon animoso Dormir tranquilo só el copudo leño, Y verde sierpe mi benigno sueño, Y de laurel sagrado Mi cuerpo y fresco mirto rodeado. Vuestro favor me guia Dó quier que corro, Musas celestiales, Ora Preneste fria, O de Bayas me encanten los raudales, Las montañas sabinas, O de Tibur las plácidas colinas. Beber en vuestra fuente, Danzar en torno guareció mi vida; Vuestra diestra potente Salvóme de Filipos en la huida, Y de un árbol villano, De Palinuro y golfo siciliano. Osado marinero, Con vosotras al Bósforo mugiente, Intrépido viagero A los desiertos de la Siria ardiente Gustoso iré y seguro, Y á donde el Tánais rueda el cristal puro. Con su carcax ufano Veré al gelono en su desierto inmenso; Veré al atroz britano Devorando á su huésped indefenso, Veré al concano aleve, Que sangre de caballo alegre bebe. TOMO II. 4 Vos Cæsarem altum, militiâ simul Finire quærentem labores, Pierio recreatis antro. Vos lene consilium et datis, et dato Titanas immanemque turmam Fulmine sustulerit caduco, Qui terram inertem, qui mare temperat Divosque, mortalesque turbas Magnum illa terrorem intulerat Jovi Fidens juventus horrida brachiis, Fratresque tendentes opaco Pelion imposuisse Olympo. Sed quid Tiphoeus et validus Mimas, 40 45 50 Quid Rhoetus, evulsisque truncis 55 Enceladus, jaculator audax, |