mundo de entonces, donde habia muchas muy considerables. La fundó la célebre Dido, y le dió en breve una gran nombradia el comercio que los colonos fenicios que siguieron á aquella ilustre viuda, entablaron luego con su patria, y sucesivamente con todos los pueblos situados desde las estremidades del Euxino hasta las costas de la Bética. Al fin de una de las guerras que sostuvo con Roma, y que son conocidas con el nombre de púnicas, pasó á Africa Escipion el Emiliano, y la destruyó hasta los cimientos. Mas tarde fue restablecida, y en tiempo de Estrabon era de nuevo Cartago una floreciente ciudad. Aun se ven hoy sus ruinas en el sitio llamado Almarza ó Elmarza, á corta distancia de Tunez. V. 41. Fertur... Esta pintnra de Régulo, alejando de sí á su muger y á sus hijos, y fijando en el suelo sus ojos feroces, hasta saber la decision del senado, es de mano de maestro. El héroe apartando de sí parientes, ODE VI. AD ROMANOS. Delicta majorum inmeritus lues, Dis te minorem quòd geris, imperas; Di multa neglecti dederunt 5 amigos y pueblo, y aunque seguro de los tormentos que le aguardaban en su destierro, partiendo para él con la misma serenidad que si fuera á su casa de campo, aca ba de cautivar la admiracion y de completar el entusiasmo. V. 42. Ut capitis minor... Es decir, «como un hombre que habia perdido sus derechos, pues minutio ó diminutio capitis significaba la pérdida del estado ó de la consideracion de ciudadano. Deminuti capite, abalienati jure civium, hace Tito Livio decir á Manlio Torcuato. Asi, yo he traducido cual siervo. Este estado en que él se consideraba, le hacia no mirar siquiera á su muger y á sus hijos, como le hizo no votar en el senado en la cuestion promovida por él del rescate de los prisioneros. V. 55. Venafranos in agros... De Venafro y de Tarento hablé en las notas á la oda Septimi Gades. En sus territorios tenian casas de campo los romanos mas acomodados. ODA VI. A LOS ROMANOS. Romanos, las maldades De padres expiareis endurecidos, No repareis los templos derruidos, Y de Júpiter sumo Los simulacros que ennegrece el humo. Es porque á Jove venerais por dueño. El de todo es y el fin: su justo ceño ¡Qué no envió de llanto y de miseria! Jam bis Monæses et Pacori manus Nostros, et adjecisse prædam Penè occupatam seditionibus 10 Delevit urbem Dacus et Ethyops; Hic classe formidatus, ille 15 Missilibus melior sagittis. Fecunda culpæ sæcula nuptias Hoc fonte derivata clades In patriam populumque fluxit. Motus doceri gaudet Ionicos Matura virgo, et fingitur artubus Mox juniores quærit adulteros Cui donet impermissa raptim 20 25 Los auspicios impío Desdeñó nuestro ejército; y dos veces Arrollaron su brio Las huestes de Pacoro y de Moneces, Que sus cuellos ornaron Con joyas que á los nuestros arrancaron. Y lanzando ligero El dacio la saeta envenenada, Y el etiope, fiero En lid naval, á Roma trabajada De discordia intestina, ¿No amenazaron de cercana ruina? Nuestra edad los altares Amancilló del Himeneo santo, Y en familias y hogares El contagio cundió. De aquí mal tanto Que, rápido torrente, Inundó á Roma y la romana gente. La niña en el liviano Jónico baile amaestrarse goza; En las artes temprano De seducir se adiestra, y aun no moza, Ya en pasion torpe y fea Embebida su mente se recrea. Toma luego marido, Y amantes busca en el nupcial banquete, Y no á un jóven querido Vedados gozos trémula promete, Que entre la sombra densa, De todos recatándose, dispensa; Sed jussa coram, non sine conscio Seu navis Hispanæ magister, Non his juventus orta parentibus Pyrrhumque, et ingentem cedidit Sed rusticorum mascula militum Versare glebas, et severæ Portare fustes; sol ubi montium Bobus fatigatis, amicum Tempus agens abeunte curru. Damnosa quid non imminuit dies? Ætas parentnm, pejor avis, tulit Nos nequiores, mox daturos 30 35 40 45 |